NO NOS OLVIDEMOS DE LA EDUCACIÓN

 

    Como ya sabemos todos, la educación es un derecho fundamental, por lo que hay que cuidarla delicadamente, renovarla e invertir en ella. Se podría decir que presenta un ‘efecto rebote’. Con esto quiero transmitir que todo aquello que se destina a la educación va a presentar un efecto muy positivo tanto a nivel personal (aumenta el grado cultural e intelectual de cada individuo, permite abrir nuevas oportunidades y me atrevería a decir que nos vuelve mejores personas) como a nivel social; la educación permite crecer a una sociedad, por lo tanto, todo aquello que se invierta en ella sobre una generación permitirá obtener nuevos avances científicos, tecnológicos, sociales… que podrán ser incorporados por las nuevas generaciones. Además, la educación permite aminorar las desigualdades personales y sociales, facilitando de esta forma el acceso a la sociedad de todas las personas, independientemente de sus diversas capacidades y procedencias sociales. Por lo tanto, podemos confirmar la veracidad de lo anteriormente mencionado: la educación hay que cuidarla y, para ello, necesitamos recursos económicos para su desarrollo. 



    Aportando algunos datos económicos reales, puedo comentar que el Ministerio de Educación y Formación Personal ha presentado como objetivo este 2023 invertir 634€ por alumno, lo que supone más del doble de inversión que en el año 2018[1]. Esto conlleva 6.408 millones de euros, lo que implica un 6,15% más que en el 2022, año en el que se destinaron 1,09% del presupuesto español total[1,2].

    Con esto podemos observar que a medida que avanzan los años somos más conscientes de la importancia que supone la educación en nuestra sociedad y, por ello, debemos prestarla mucha atención. La mejor forma de conseguirlo es destinar dinero público a mejorar tanto las instalaciones como a los recursos y la metodología, destacando estos dos aspectos entre otros muchos. Como ya sabemos, la sociedad se va modificando y somos los educadores quienes nos encargamos de ello. Por esta razón, a medida que se da esta evolución, tanto la educación como otros aspectos importantes que construyen nuestra sociedad, tienen que adaptarse a ella. 

    Es por ello por lo que considero que todos los ciudadanos deberíamos ser más conscientes de la repercusión que presenta la educación en nuestra sociedad y, por lo tanto, destinar más recursos económico y re-estructurar todo aquello que se destina para conseguir, de esta forma, una educación actualizada, mejor y más dinámica, acorde con la necesidad de profesionales que la sociedad en constante desarrollo necesitará en un futuro.


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